MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 16 de marzo de 2016

QUESITO CAMPESINO

Se estaba muy pequeño, era el año 1945 del siglo pasado. La casa era amplia, echa como para un batallón y la ocupábamos meramente cuatro, de un hogar de aquellos en que primaba el respeto, las buenas costumbres y sobre todo, el amor. La felicidad de los dos pequeños era la llegada del domingo. Desde muy temprano, se escuchaba murmullo de personas, penetrando por las inmensas ventana, se sentía que las bestias se rascaban contra los marcos, era el tiempo de arrojarnos de las camas pues había amanecido el día y lo mejor, domingo, para compartir con los campesinos y verlos descargar de las cabalgaduras, todo aquello que sus tierras producían y que los animales caseros entregaban para la supervivencia.

El peso de los años

El padre abría la puerta y descendía una escala, se infiltraba por entre los dueños del agro, conversaba mientras se fumaban un cigarrillo de sus peripecias cuotidianas, porque ellos y él, eran producto de agrestes montañas que los acercaba al cielo azul y los alejaba del infierno de la ciudad. Todo estaba preparado para el momento encantador, en que le abrían las hojas de plátano en que venían envueltos unos quesitos tan blancos y puros como pensamientos de santo o sonrisa de negro en la playa. No se puede olvidar el agradable olor y la exquisitez de aquel bocado acompañado con arepa echa en callana. 
 

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