MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 31 de agosto de 2016

LA ABUELA


Amigos de la naturaleza


Se escapa un suspiro de desengaño, recordando que su cabello no fue alisado por la mano lunareja y con unas venas brotadas conducto de la vejez con los años de una abuela. No vieron los ojos el vaivén de la silla mecedora llevando de paseo los recuerdos, que se volvían historias de bellas épocas, arrulladas por el ronroneo del gato Pepe, con la cabeza recostada al ovillo de hilo calabrés; no se recogió nunca las antiparras de carey, cuando el sueño le alejaba de la realidad y caían suavemente cansadas de ver en la lontananza los arados, en que se sembraba el amor con unas manos callosas y honestas.
Jamás, la vio sacar del escaparate el bombillo inservible para alumbrar, convertido en utensilio de zurcir las medias que los descendientes estropeaban, con puntadas muy juntas y entrecruzadas, los hilos que le faltaban en insipiente agujero. Jamás sintió la ternura de unos labios puestos con un beso en la mejilla. No la observó hacer tejidos con sus agujas de crochet, macramé  con aquellos nudos complicados, en que se entretiene mientras repasaba el ayer. No fue la muralla para esconderse después de una pilatuna, aconsejada por la fuerza vital de los ardorosos primeros años, cuando el padre de pretina en mano se abalanzaba sobre el engañoso cordero. No la sintió nunca caminar despacio para ver si el nieto se había quedado dormido.    
 


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