MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 15 de marzo de 2017

EL MORRO DEL ANCÓN


LA BOLSA EN DESCANSO

Había escuchado siempre durante la infancia, aquel mito, ficción, fábula o leyenda, que llegó a soñar estar en la cresta de aquel ramal de la montaña, que iba a morir a los pies del río. En el sueño, se veía junto a la gallina con los pollitos, que daban visos con el reflejo del sol que encandilaban sus ojos; los rayos caían perpendicularmente ante el ave y sus pichones bañados con el metal precioso del oro. El sueño lo extasiaba, no intentaba moverse para no espantar el espectáculo, que la creencia ancestral, había recorrido desde tiempos inmemoriales atreves de la historia hablada. Aquella leyenda era normal escuchar en boca de ancianos y campesinos de barrios adyacentes del Morro del Ancón, último pedazo de la cordillera que cierrra de un ‘tasajo’ el valle. Aquella invención la escuchó estando muy niño, de boca de un anciano de ruana, carriel, descalzo y tabaco en la boca:  
“Eso de noche clara, es decir, con luna llena era muy bonito. La gallina junto con los pollitos eran de puro oro y salían de una cueva a buscar grillos y lombrices pa’ comer, si sentía pasos de personas se volvían a esconder en el socavón oscuro, no volvían a salir, era como si supieran que los humanos somos malos y ambiciosos. Han sido muchas las personas que emprendieron la subida al morro, tratando de llenarse de plata. Unos dicen que son apariciones pa’ que se encuentren un entierro indígena que hay en la montaña y otros que eso es una mentira; lo cierto de todo, es que yo lo oí del abuelo, tal como se los cuento.” Desde el alto en que estaba el hogar, en noches irradiadas por la diosa de la sombra, con sonido de chicharra incluido, no dejaba de mirar hacia aquella elevación para detectar algún color amarillo en movimiento. Aún no sabe si aquello era un invención o la realidad.  
   



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